ConSumaCultura

La cultura, como concepto, ha cambiado y se ha transformado a través de la historia de acuerdo a la conveniencia de algunos grupos de poder. En algún momento, la cultura expresó, registró, narró, avisó, recordó, exaltó, invisibilizó, recreó, animó, informó, relacionó, aportó, enseñó, construyó y desarrolló la sociedad en general, siendo algo transversal y amplio al alcance de todos en muchas de sus formas. Sin embargo, hoy en día, tristemente la cultura se ha visto reducida a un concepto corto y específico, la mayor parte del tiempo relacionada a la recreación y el entretenimiento. Una sección de "Cultura" en un periódico o en un programa televisivo se enfocan en un concierto, una película o algún referente del arte como entretenimiento sin ahondar en todo su concepto transversal. Esta percepción ha llevado a tomar la cultura desde las administraciones de los territorios en el mundo como un sector alterno y hasta innecesario, lo que refleja en los minúsculos impulsos a sus agentes y su casi nulo desarrollo. 

Para el ser humano, la cultura se ha establecido como una opción de entretenimiento que entra a luchar con otras, perdiendo todo su valor ancestral. Y este estado actual del concepto de "Cultura" ha hecho que se haga a un lado, centrando los intereses del mundo en otros campos del desarrollo humano. Y lo que todo lo mencionado hasta acá trae es una pérdida de pensamiento autóctono del ser humano. Al no validarse la cultura en su concepto transversal como una necesidad, pierde su priorización y genera una estandarización en el pensamiento en general. Por eso vemos que cada día que avanza se presenta un fenómeno en el cual las mentes en cualquier parte del mundo piensan y actúan por lo mismo, y que la globalización extiende modelos de pensamiento genéricos borrando la identidad de personas y sociedades en general. Esta estandarización es la causa de la pérdida de las capacidades críticas del ser humano, y de la centralización del desarrollo general dejando su planeación y desarrollo en cada vez menos grandes emporios que controlan qué se hace, dónde se hace y el cómo se hacen las cosas. 

Es hora de cambiar esta percepción vagamente formada sobre la cultura, resignificar este concepto desencasillándolo del "entretenimiento" y ampliarlo a su verdadera naturaleza transversal y general a todo el ser humano. Es el momento de luchar contra la estandarización mundial, y recuperar nuestra identidad de manera que se puedan ampliar las opciones de desarrollo como sociedades. Estamos en el punto de reconocer la cultura como un factor importante, prioritario y necesario para el desarrollo de la humanidad.