¿CUÁL SE TOMA SUMERCÉ?

Tradicionalmente Moderno

Empecemos por decir que todo lo “tradicional” alguna vez se consideró “moderno”, pero no todo lo “moderno” se convertirá en “tradicional”. Y esto aplica para todo, para las formas de hacer, para los comportamientos sociales, para los procesos y productos tecnológicos, y no solo para la cultura como los temas tratados en esta página habitualmente. A través de los tiempos se ha generado una brecha y una polarización entre la modernidad y lo tradicional, estimando y desestimando muchas acciones, procesos y obras. Esto sucede según la sociedad y su apropiación cultural, y también, según la generación temporal en la que se encuentre cada individuo. Un ejemplo claro de esto es que, en una visión general, personas que pertenezcan a la tercera edad prefieren realizar sus tareas, y mantienen sus gustos enfocados en lo que para ellos es “tradicional”, mientras que las nuevas generaciones se dejan impactar mejor por la modernidad.

Este artículo busca generar una reflexión en cada quién, que le permita establecer sus propios parámetros para escoger entre lo “tradicional” y lo “moderno” para cada acto en su vida. Es claro que hoy en día lo moderno intenta sobresalir por sobre lo tradicional, borrando muchas huellas del pasado y muchos conocimientos que son perfectamente aplicables en estos momentos, además de ser más pertinentes. No siempre lo moderno es lo mejor para cualquier situación, pero siempre tendrá una mayor difusión (publicitaria, promocional y hasta en el “voz a voz”), mientras que lo tradicional se ve como un lujo, como algo exótico, incluso hasta como un favor con algunas comunidades. Y este modelo es precisamente sobre el que me parece pertinente reflexionar, puesto que, en algunos puntos, lo tradicional trae consigo años, décadas y hasta siglos de experiencias vividas y desarrollos sociales y colectivos que se ajustan perfectamente a eso mismo: a una convivencia social.

Veamos un poco cada lado con más profundidad. Lo moderno tiene grandes ventajas: En algunos casos permite una practicidad en el momento de realizar o aplicar, en otros casos es más económico por su producción en masa o su industrialización, y en otros casos aún más específicos, permiten una mejor interacción con el usuario/espectador. Por otro lado, lo tradicional también tiene sus ventajas: En algunos casos permite una practicidad en el momento de realizar o aplicar, en otros casos es más económico por su ligereza en la producción y sus menores requerimientos, y en otros casos aún más específicos, permiten una mejor interacción con el usuario/espectador. Como se puede notar, las ventajas son casi las mismas, entonces ¿en qué varía la decisión en cuanto su uso?

Es interesante llegar a este punto, porque nos salimos un poco del sentir de “lujo” sobre lo tradicional y el sentir de “practicidad” de lo moderno. No siempre lo tradicional o lo artesanal es un lujo, y no siempre lo moderno es más práctico. Aquí debemos mirar un poco más allá, y revisar cada caso respecto a la situación en específico. ¿La situación a la que me enfrento requiere de practicidad?, ¿requiere calidad?, ¿requiere control de tiempo?, con estos y un sinnúmero de factores más podremos escoger la mejor opción para cada caso, y podría sorprendernos la cantidad de acciones tradicionales que son mucho más pertinentes que las modernas.

Sin embargo, no hubiera sido importante escribir este artículo si lo moderno no superara la difusión sobre lo tradicional (como ya se mencionó). El lío inicia cuando una persona está en una situación que no puede resolver y al buscar información del cómo, seguramente recibirá un bombardeo de opciones modernas, mientras que el quehacer tradicional queda olvidado en pesados libros de investigaciones, o tal vez en la oralidad de algunos sabedores mayores, o incluso, puede que ya no exista registro alguno porque se ha perdido con el tiempo y con sus portadores. Por esta razón es que es importante analizar cada caso que lo requiera, y mirar siempre las opciones tradicionales, que en sí misma, pueden cargar una solución mucho más práctica, económica y beneficiosa para la persona o empresa que lo requiera, además de poder aportar al agenta o a la comunidad que la realice. Incluso, es posible alternar o fusionar las opciones, generando así la resolución más adecuada para cada situación.

En conclusión, el objetivo no es acabar las tradiciones por la imposición de la modernidad, pero tampoco es evitar lo “moderno” por mantener lo “tradicional”. Se trata de realizar un análisis que abra todo el espectro de opciones que permita encontrar la que preste un mayor beneficio individual y colectivo, siempre enfocado en la situación que requiere solución.

Este artículo puede ser un poco denso, pero será mucho más fácil entenderlo con casos específicos. Los casos específicos son ilimitados, pero puedo dejar algunos, y notará al momento de releer el artículo que aplica a la perfección

ü ¿Cuál es el mejor sonido de marimba del pacífico?

ü ¿Qué opciones de decoración tengo para la sala de mi casa?

ü ¿Qué música puedo poner en la fiesta de esta noche?

ü ¿Qué película puedo ver con mis amigos?

ü ¿Con qué plato puedo deslumbrar a mis invitados?

… y como se dijo en un principio, esto no aplica exclusivamente a temas culturales así que dejo otros ejemplos que encajan con el artículo:

ü ¿De qué forma puedo pedir la mano de mi novi@?

ü ¿Cómo exponer mi proyecto frente a unos inversionistas?

ü ¿Qué hacer si me siento solo?

… y muchas preguntas más del día a día. Para este artículo y en este caso:

- La cápsula azul le permitirá seguir viendo a Google como la mejor opción para solucionar cualquier situación personal, casera, industrial o profesional en su vida.

- La cápsula roja le hará despertar esa necesidad de análisis previo a cualquier toma de decisiones en la vida, abriendo el espectro un poco más allá y revisando las tradiciones de su territorio, que tal vez puedan tener otras respuestas a lo que se plantea.

¿Cuál se toma sumercé?