MACROMUNDOS

Filtraciones

“La filtración de datos expone decenas de millones de registros privados de empresas y agencias gubernamentales” tituló la noticia del día de hoy en el portal de noticias de la CNN en su sección de negocios. Cuando Dominic leyó esto, fue inevitable que el café que tenía en su mano izquierda se soltara y cayera al suelo rompiendo la taza y haciendo un reguero hacia todos los lados. Lo primero que hizo fue sacar su celular mientras se levantaba de la silla para dar paso a que los sirvientes de su mansión limpiaran el desastre generado. Los sirvientes de inmediato comienzan a limpiar, y entre ellos se encontraba Liliana, una chica menor de edad que, como todos, nació en aquella isla apartada del mundo conocido. Para todos los sirvientes, el mundo no superaba los límites de la isla, aunque siempre veían invitados que celebraban fiestas, o compartían una comida con el señor Dominic. Liliana escucha atentamente al señor mientras recoge las piezas de la taza rota en el suelo, pero César le jala la blusa indicando que ya se deben retirar. Ella agacha su cabeza y se retira del lugar siguiendo a los demás. Al salir del gran salón, César empuja a Liliana hacia un muro y le reclama por quedarse más tiempo en el sitio de la limpieza. Le aclara que ella debe saber que el señor Dominic no puede ver la servidumbre, pues para él siempre han sido invisibles y eso no debe cambiar. Eso es lo único que garantiza la vida de aquellos que le sirven, pues de lo contrario todo puede derivar en la muerte. En esa isla, sólo hay dos cosas que se castigan severamente: Dejarse ver por el dueño o alguno de sus invitados, y la curiosidad. Hay historias de muchos que han muerto por preguntarse más de lo que debieron. Liliana hace días que no puede dormir bien, y es que desde que entró accidentalmente al cuarto de comunicaciones, se dio cuenta que hay más gente fuera de los límites de agua que hay en la isla. Sin querer escuchó los que trabajan en esa sala, y descubrió que había conexiones con un mundo exterior, y eso no le puede causar indiferencia. Pero en ese momento, lo único que hizo fue pedir disculpas al jefe, y le dijo que no volvería a pasar. Liliana se retiró a su habitación y se encerró por un momento. Ahora, sumado a lo que escuchó en el lugar de comunicaciones, ahora escuchó al señor Dominic hablando con unas personas de un sitio llamado Nueva York. La curiosidad se comienza a apoderar de Liliana, por lo cual prefiere decir que está enferma y se encierra en su habitación el resto de la tarde.

Pasaron dos días para que Liliana se sintiera en capacidad de salir de nuevo, y se presentó en el puente de control con disponibilidad para actuar en cualquier acción que la necesite. Sólo fue necesario un par de minutos para que ingresara una llamada del salón de juegos pidiendo ayuda para limpiar un desastre en la mesa de billar. Liliana es enviada para allá junto con dos personas más. Al llegar, se aseguraron que el señor Dominic y su invitado no estuvieran mirando hacia la mesa de billar, se adelantaron y comenzaron a limpiar. Esta vez, escucha al invitado decir que los espías en el gobierno ruso no están funcionando. ¿Qué es eso? ¿Gobierno? ¿Ruso? Son muchas dudas, y cuando menos se da cuenta, su compañero la llama en voz alta – “¡Liliana!” – Esto fue suficiente para que Dominic volteara, viera al muchacho novato, hiciera una señal y entren dos hombres gordos y gigantes, lo cargaran y se lo llevaran de la zona. Liliana y su otro compañero sabían que no lo volverían a ver en la vida, así que sigilosamente se retiran de la sala. Al llegar al puente de control, unas personas con capota toman a la fuerza a Liliana y su compañero, los llevan arrastrados hasta una habitación en el sótano y los cuelgan boca abajo en las peores condiciones. Luego llega otro encapuchado y comienza a dar golpes con látigos a su compañero. Los gritos de dolor y desespero son terribles y marcan la mente curiosa de Liliana. Ella sabe que llegará su turno, así que decide que no será su fin. Forcejeando logra caer al suelo, y con un empujón hace que el encapuchado pierda el equilibrio. Ella corre por los pasillos y sube las escaleras saliendo al hall principal de la mansión. Mira para todos lados y decide ir hacia la puerta principal de la casa, pero desafortunadamente se estrella con el invitado del señor Dominic. Más asustada que nunca, mira al suelo y ve un aparato negro con el que ella ha visto que ellos se comunican con el exterior, así que lo toma y sigue su huida por la isla.

Las alarmas se encienden, y se escuchan perros a lo lejos persiguiendo. Ella decide subirse a un árbol que conocía de niña y que se usaba como escondedero. Allí pasó dos días, hasta que las cosas se calmaron, así que decide bajar y pensar un poco en cuál será su próximo movimiento. Decide que debe ir hacia el puerto donde puede intentar hacer algo para huir con rumbo desconocido. En esas, el aparato del invitado se cae de su bolsillo y ella asombrada ve una cantidad de símbolos desconocidos. Nunca supo que esos eran los datos filtrados que le preocupaban a su jefe. Decide tomar el aparato y guardarlo de nuevo para correr hacia el puerto con las pocas energías que le quedaban. Allí vio que había un grupo de personas de la servidumbre esperando en un pequeño bote. Ellos la llaman cuando la ven a lo lejos. Sin pensarlo mucho, ella decide correr al bote, con un sonido de perros a sus espaldas. Logra subirse al bote, todos aplauden y así inician su viaje hacia lo desconocido. Uno de ellos pregunta si ella tiene el celular. Ella no tiene ni idea a qué se refieren, pero otro le esculca los bolsillos y lo encuentra. La alegría de todos se nota de inmediato y así el más alto de ellos saca un arma y le dispara a Liliana en la cabeza, dejando caer el cuerpo al agua. Los datos se volvieron a filtrar en el mundo que Liliana nunca conoció.