MACROMUNDOS

Dulces & Harinas

HISTORIA 1:

"¿Y esto?" preguntó el capataz justo en frente de un muro enorme y redondo de madera. La verdad es terrible que haya aparecido este muro de la nada, porque nos toca caminar hasta encontrar el fin y luego darle la vuelta para retomar el camino que llevamos hasta el hormiguero. Y lo peor, es que nos toca seguir cargando estos bloques de azúcar que encontramos al otro lado del parque. Como si no lleváramos tiempo en esta misión, para que ahora nos pongan obstáculos. Creo que al llegar hablaré con recursos humanos que solucionen el tema con los palillos y los palos de pincho en el camino.

HISTORIA 2:

"¡Mirá!, ¡Mirá!", gritó Jacinto desde el otro extremo de la mesa. Levanto mis narices y el olor que percibo es ¡indescriptiblemente delicioso! No puedo resistirme y me voy corriendo con mis cuatro patas hasta cruzar la mesa y encontrarme con Jacinto. Sin querer casi me resbalo al correr, y he botado un palo de pincho al suelo, pero olvido todo al verlo a él, feliz y comiendo. Él levanta la mirada y me dice que siga, que coma todo lo que quiera. Era un paquete de un color extraño, abierto y con unos maníes adentro. Pero es como maní con sal y picante, sea lo que sea, guardaré unos para llevar al árbol del extremo norte, donde mis hijas ardillas me están esperando.

HISTORIA 3:

"¿Dónde estará Mariana?" pensé mientras volaba de vuelta con la comida que he conseguido hoy. Dos paquetes de papas son un buen botín en este parque, porque ahora con las nuevas leyes del distrito, pasan los señores del aseo a cada instante. Es una fortuna encontrar algo para comer. Con mi esposa Mariana, hemos pensado en mudarnos de parque, pero no sabríamos a qué zona ir. Por ahora seguiremos buscando entre canecas y en las mesas del parque antes de que lleguen a limpiar. ¿Eh? Ahí está Mariana huyendo de unos perros. Lleva un paquete de maní en el pico, y con lo mucho que nos gusta, ¡le ayudaré!

"¿Estás bien?" le pregunté y ella asiente con su cabeza. Está aún asustada con lo sucedido, y pues no es para menos pues esos perros perfectamente podían arrancarle un ala si la alcanzaran. Debo decirle que en este momento lo que importa es que ella esté bien, que la seguiré cuidando cuando sea necesario, y que no se deje afectar por la bolsa de maní que quedó encima de la mesa. Es riesgoso devolverse y yo ya tengo mis papas en paquete.

HISTORIA 4:

"¡No te quedes atrás!" gritó Tango corriendo detrás de un pajarraco que se intenta llevar una bolsa de mi amo. ¡Debo correr y perseguirlo! porque le debo todo a mi amo y ningún pajarraco vendrá a robarle su comida. Ahí viene otro a ayudarlo, ¡pero nosotros también somos dos! Así que no nos dejaremos. Ni modos, se nos escaparon, pero eso no pasará la próxima vez porque seremos más rápidos. Ni vi dónde quedó el paquete de mi amo, pero al parecer él está muy ocupado con la ama allí debajo del árbol. Siempre se demuestran afecto en ese árbol y pues nosotros mientras tanto, protegemos a la chiquitina. Por cierto, ¿dónde está? no la veo por ningún lado. "¡Tango! ¿sabes dónde está la niña?" le pregunté a mi compañero. Él me responde que está con él y que están buscando la paleta de dulce que se le cayó en alguna parte del parque. Espero que la encuentren rápido, porque esa paleta es importante para la niña, y esa niña es importante para la ama, y la ama es importante para el amo, y el amo es importante para mí.

HISTORIA 5:

"¡Toma esta paleta mi amor!" dijo Laura mientras alistaba a María Monserrate para salir al parque. Yo las miro enamorado de cada una, y feliz de tenerlas a mi lado. También me alisto para salir, pues es nuestro plan favorito de sábado. Salimos con los perros y con la niña, y mientras ellos juegan en el parque, nosotros nos arrunchamos bajo nuestro árbol favorito. Es un plan perfecto para terminar lo duro de cada semana. Ya las veo listas, así que les pongo las cadenas a los perros y nos vamos.

Cuando estamos bajo el árbol el tiempo se nos pasa sin darnos cuenta, apenas miramos que María Monserrate y los perros estén allí sin problemas. Luego de un rato con una charla con mi esposa, recogemos las cosas, llamamos a la niña y a los perros y nos devolvemos a ver películas o lo que se nos ocurra. Jamás nos enteraremos que la paleta se perdió en el parque, y que esta llamó la atención de unas hormigas que luego fueron trancadas en su camino por un palo de pincho que botó una ardilla entusiasmada con un paquete de maní que se le cayó a una pajarraca que estaba siendo perseguida por mis perros.