MACROMUNDOS

¡No te Metas con mi Sábana!

Hoy la fila es un poco más larga para recibir la comida. En verdad, no sé si alegrarme o preocuparme por eso. Desde cualquier punto de vista moral y ético debería alegrarme pues el hecho de que más gente esté aquí quiere decir que más gente se ha salvado de la catástrofe. Pero desde un punto de vista práctico, la comida puede escasear, los implementos de aseo que hasta el momento han alcanzado para todos, mañana puede que no sean suficientes.

Y es que esta carpa ya está pasando al olvido. El gobierno ya cedió las entrevistas correspondientes, las caras de los políticos en este escenario ya aparecen en cuanta foto recorra las redes sociales, y las páginas de donaciones ya han llenado los bolsillos de unos cuantos. Pero el tema ya pasó de moda, ya en internet se hablan de otros temas como los Grammy que serán la próxima semana, o el partido de fútbol de ayer que logró clasificar al equipo más polémico. Ahora, hasta la noticia de un niño que puede hacer ruidos con su boca como si fuera una batería es un tema más importante que la destrucción de nuestro territorio a causa de la guerra que nos ha rodeado durante años. Hemos perdido seres queridos, nuestra casa y nuestros amigos, pero debemos agradecer a los que nos han apoyado, porque sin ellos no tendríamos un sitio dónde comer y dormir. Por eso digo que en parte me alegra que cada vez haya más gente en esta carpa, porque quiere decir que aún hay posibilidades de más sobrevivientes a la última incursión del ejército en nuestro pueblo, o lo que era nuestro pueblo.

Trato de mirar desde lejos el mesón donde sirven la comida, y veo que las raciones ya son más pequeñas que ayer. pero no me quejaré, porque hay más gente que se ha salvado, ¿verdad?

¿Eh? ¿Otra vez este tipo se intenta colar para repetir ración? ayer fue lo mismo, y comió doble porción. Es muy probable que alguien se haya quedado sin comida, o tal vez afectó las porciones de hoy, así que esto no lo podemos permitir. El tipo pasa como si nada, y ya se ubica incluso unos puestos por delante de mí. Creo que todos estamos tan cansados, tan afectados, que a nadie le quedan ganas de pelear por ello, y sin problema, este personaje toma un segundo plato.

Por fin es mi turno, así que lo mejor será tomar mi plato, mi bebida e irme para atrás. Entre menos contacto tenga con la gente será mejor. No quiero hablar, no quiero dar explicaciones y mucho menos cargar con el dolor de otros, así que eso explica mi lejanía con los demás. Han venido supuestos psicólogos a decirme que debo expresarme, que debo hablar y decir todo lo que siento, pero para mí que ellos disfrutan con el dolor ajeno. ¿A quién le gusta estudiar los problemas personales de otros? Deben tener problemas mentales propios para interesarse en los demás a modo de chisme. Prefiero el silencio, la quietud y la lejanía de otros seres que lo único que hacen es absorber la energía de uno. De nuevo está ese idiota molestando a los demás. Ahora resulta que se roba las sábanas de los demás. Pobre de aquel que se quede sin sábana porque el frío de la noche es muy... mi sábana no está. Mi cama ha sido robada, y es evidente quién fue. Es hora de actuar.

Allí está Blanca, la esposa del panadero del pueblo. Cuenta con una de las lenguas más rápidas del departamento, así que será perfecta para recuperar mi sábana. Sólo será cuestión de acercarme y contarle un par de mentiras acerca del ladrón, pero, ¿qué mentiras me invento? ¡Ya sé! Puedo decirle que me han dicho que vieron al ladrón de cobijas y comida un par de meses antes hablando con un cabecilla de uno de los grupos armados. Y le puedo aumentar que en los últimos días se le vio con más dinero que lo habitual y, por último, que alguien lo escuchó hablando por celular diciendo que lo rescataran de este basurero pronto. Tal cual como planeé todas las mentiras, salieron de mi boca frente a doña Blanca, y tal como pensé, no pasaron más de diez minutos para que un grupo de personajes siguieran al tipo mientras se dirigía al baño para propinarle una golpiza. Lo que no me esperaba es que el ladrón tenía una familia grande rescatada, y que todos se levantarían a defenderlo, lo cual dejaba un balance de un 40% de personas peleándose frente a los baños, con tubos, maderos y cadenas voleando de lado a lado.

¿Qué se le va a hacer? Es nuestra naturaleza como seres humanos. Mejor tomo mi sábana, antes que sea manchada por sangre y me retiro a mi catre para dormir, pues mañana será otro día.