¿CUÁL SE TOMA SUMERCÉ?

Apropiar lo Inapropiable

En todos los aspectos de la vida, hay temas que producen un ‘boom’ mediático donde, por lo general, se genera un público receptor a favor y un público receptor en contra. Esto sería muy bueno para el análisis y el debate social, si no es porque casi siempre estos casos se prestan para establecer dos polos, dos extremos con defensores enceguecidos por una serie de “argumentos” que recaen sobre las ideas de unos pocos. Repetimos hasta el cansancio todos y cada uno de estos “argumentos”, obviando precisamente la parte del análisis de la situación. Bueno, aunque esta situación es muy común hoy en día, este artículo se centrará en una específica: la apropiación cultural.

Para esta problemática tenemos dos bandos: Aquellos quienes defienden el uso de algunos íconos culturales por parte de personas que no pertenecen al territorio o sociedad que los porta; y aquellos que están en contra de los abusos sobre estas simbologías culturales por parte de desconocidos. Efectivamente existe una situación particular resumida como el uso de muestras culturales por parte de personas ajenas a una sociedad. Más allá de lo mencionado, este apoyo o esta incomodidad se deriva del uso que se les da a las muestras, pues por lo general este termina en procesos comerciales.

Uno de los ejes de esta problemática los podemos observar en el mundo de la moda. Existen innumerables casos donde algunos diseñadores de moda de talla internacional basan sus colecciones en prendas, detalles, siluetas o técnicas propias de culturas tradicionales o algunos grupos étnicos en el mundo. Para no ir tan lejos tenemos el caso de Carolina Herrera, diseñadora venezolana acusada en el 2020 por hacer uso de referentes de la cultura mexicana, sin mencionarla en un principio dentro de su colección y sus muestras. El gobierno mexicano demandó que “no era inspiración sino copia” y dieron a conocer que no hubo participación de las comunidades tradicionales portadoras de las muestras en la colección, y mucho menos existió una aceptación.

La línea divisoria entre la apropiación y la inspiración es muy sutil y casi indefinida. Como casi todo hoy en día, se determina por la capacidad económica del artista que se apropia de culturas tradicionales y de el o los posibles demandantes del uso ilegal. Julián Ruiz es un abogado experto en propiedad intelectual, y afirma que “se puede permitir la inspiración, siempre y cuando se respeten los límites culturales y los conocimientos tradicionales, ya que puede considerarse de mala fe aprovecharse del nombre de una comunidad para la comercialización de un producto”. Podríamos tomar esta afirmación como un buen inicio para reconocer la legalidad en el uso de muestras culturales en obras externas a las comunidades portadoras, pero siguen varios temas por definir. Por ejemplo, ¿cuáles son esos mencionados “límites culturales”? o ¿En todos los casos mencionados como apropiación realmente existe un irrespeto? Preguntas sin respuesta hoy en día, puesto que como se mencionó antes, los límites y el concepto de “respeto” se deriva de la capacidad económica de las partes.

Y es que revisando los casos más sonados en internet, donde se realizan estas denuncias de “apropiación cultural” se descubre que muchas veces los demandantes son personas ajenas a las comunidades portadoras, ya sean indígenas o de cualquier otro tipo de tradición. En 1994, Chanel, que ha sido una de las empresas más criticadas y demandadas por estos aspectos, diseñó vestidos de alta costura en los que se incluyeron versículos del Corán de forma explícita bajo un trabajo estético. Los demandantes en esta ocasión fueron los grandes emporios islamistas quienes recibieron grandes sumas de dinero por el hecho ocurrido, pero que no se reflejaron en la comunidad islamista general seguidora del Corán y sus textos.

La comunidad Kuna, ubicada entre Panamá y Colombia, son aquellos que portan la tradición de las molas. Estos tejidos ancestrales cuentan con diseños complejos y técnicas avanzadas que permanecen y sobreviven en el paso del tiempo. De hecho, la historia cuenta que estos diseños antes se aplicaban directamente en la piel de los habitantes indígenas con pinturas naturales. Es de entender que estos diseños tienen un significado espiritual que va mucho más allá de lo comercial, aunque las comunidades han aprendido a entrar en este mundo, creando un tránsito de sus diseños a nivel mundial. Sin embargo, en el 2019 la empresa Nike tenía programado el lanzamiento de una nueva colección de zapatillas con diseños basados en las tradicionales molas. Más allá de que la empresa no tuvo contacto con las comunidades indígenas Guna (o Kuna) para el desarrollo de los modelos, se estableció que sería una colección en homenaje a Puerto Rico, con un absoluto desconocimiento de la ancestralidad de los diseños utilizados. Esto es lo que sucede cuando la ignorancia juega en contra de lo tradicional. Belisario López, es un líder tradicional de la comunidad, y su crítica se enfocó en que nunca se consultó con ellos el uso de estos diseños. Ellos dicen que no les molesta que se comercialicen, pero que debería existir un reconocimiento hacia el pueblo Guna como mínimo. Esta forma de apropiación se soluciona en los mejores términos hasta que Arcesio Valiente, un abogado que dice representar la comunidad, dijo que no basta con el retiro del producto del comercio internacional, sino que “la comunidad busca una compensación económica”. En este punto se denota la intervención de los interesados en el beneficio económico. No se sabe quién afecta más la comunidad, si aquellos que por un despiste investigativo por poco sacan un modelo sin reconocimientos tradicionales, o si aquellos que buscan beneficios sobre el error, resaltando los “perjuicios” realizados por Nike, pero reduciendo al mínimo la ancestralidad y la tradición, siendo este el factor real por el cual se realiza la demanda.

Es importante tener en cuenta que el tema de la apropiación cultural no se limita exclusivamente a los tejidos y a la moda. Este se puede extender a cuanta expresión cultural haga parte de nuestro planeta. Casos como el uso de rastas por parte de Justin Bieber, siendo estas una parte de la cultura afro y rastafari, han despertado un debate mundial. Por un lado, la defensa de la tradición habla de su uso como manifestación espiritual como despojo de lo material, o política como muestra de rebeldía contra el sistema; y por el otro lado aquellos que asumen una posición que le da un valor a las rastas como el de “un estilo más”. Kendall Jenner, una celebridad y empresaria norteamericana, lanzó hace poco su nueva marca de tequila. Para este lanzamiento usó fotografías de la producción tradicional del tequila en México, posando sobre plantas de agave y caminando entre ellas sin tener en cuenta que tardan alrededor de ocho años en madurar para su uso en el licor. El desconocimiento acerca de la tradicionalidad de su propio producto nos deja en la mesa un caso más de apropiación cultural.

Como se puede notar, el límite sigue siendo indefinible en un modo general. Pero, no quiere decir que no exista un límite. En una forma práctica y justa, el límite lo debería colocar la misma comunidad, de modo que de acuerdo a los términos que se establezcan se puedan desarrollar obras, productos y muestras con referencias claras y con un respeto básico por las comunidades. Entonces, podríamos decir que la apropiación cultural es el punto donde se quiebra este respeto por lo tradicional y lo ancestral, cambiando su significado, fusionando con expresiones que no aplican, o generando comercio que se aprovecha de las muestras sin el permiso adecuado. Al final, las fuentes de inspiración pueden ser ilimitadas, pero al ser externas se debería tener un cuidado especial con su origen y su posible impacto social.

- La píldora azul reducirá el problema de la apropiación cultural a un tema de inspiración comercial, y creará ocasiones que deriven en el irrespeto hacia comunidades ancestrales o sociedades establecidas, pero generará oportunidades y recursos a artistas y empresarios que se impulsen económicamente y tal vez generen empleo.

- La píldora roja creará un escenario donde cualquier tipo de inspiración basada en muestras culturales externas deba contar con acuerdos mínimos para su explotación. Acuerdos que deben ser regidos por las sociedades a las que estas muestras les pertenece, y acogidos por los artistas o las empresas que buscan un homenaje y/o un beneficio por su producción y comercio.

¿Cuál se toma sumercé?