MACROMUNDOS

Simulación 5.0

“Es un entorno totalmente autosostenible, donde todos elementos programados cohabitan entre sí, siendo cada uno parte fundamental en la existencia del sistema total. Esta simulación podría funcionar sin alteraciones eternamente, a menos que un factor externo le afecte” – Con esto, Karla termina su exposición frente al duro jurado que le tocó para validar su tesis. En la mesa, se miran unos a otros, y comienzan a sonar susurros, mientras que el primero se levanta y comienza a aplaudir. Seguido a él, todos se levantan y aplauden mientras el resto de la sala se une en una ovación general. Gritos y chiflidos se escuchan en la sala mientras el jurado se acerca a Karla para estrecharle la mano felicitándola personalmente por la excelente muestra que acaba de brindar. Ahora es seguro que Karla puede graduarse sin complicaciones, y era lo mínimo después de tiempos de estudio y experimentación hasta lograr llegar al sistema perfecto.

Iván, sentado atrás de la sala fue el único que no se levantó ni aplaudió. Por el contrario, los que lo miran lo notan rojo como un tomate, seguramente de la rabia que le invadía. Iván entró con unas expectativas muy altas a la universidad, siempre pensando en aplastar a quien se interpusiera en su camino de liderazgo y excelencia. Pero Karla, nunca le tuvo miedo, como sí pasaba con algunos de sus compañeros. Karla siempre lo enfrentó y en muchas ocasiones lo superó con creces, incluyendo esta vez, en la tesis, donde tuvo un puntaje mucho más alto que el de Iván. En medio de la celebración y los abrazos, el compañero se levanta de su silla y sale del salón dando a su paso un fuerte portazo que llamó la atención de todos los demás. Pero no fue suficiente para ahogar las lágrimas, las risas y la emoción que sucedía en el gran salón.

Esa noche, Iván no se dirige a su casa, sino que se va para el antro que le recibe su malestar cada vez que algo le sale mal. Es un sitio oculto en el centro, donde entras por una puerta pequeña para bajar unas escaleras que te dejan en una sala llena de gente bailando al ritmo de música techno agresiva. Luces azules y blancas suben y bajan cubriendo toda la zona que atraviesa Iván, pues es claro que no se quedará en esa sala. Llega a otra puerta donde hay dos monstruos gigantes protegiendo el ingreso. Iván se acerca a uno de ellos y le dice algo al oído, a lo que el guardián da dos pasos atrás mientras el otro le abre la puerta. Iván avanza por ella y baja otras escaleras para llegar a un tumulto de gente gritando y botando billetes hacia la parte central del espacio. Ahí, en toda la mitad están dos tipos peleando sin reglas, cogiendo lo que tengan a su alcance para golpear al adversario mientras todos los demás apuestan por un ganador.

Mientras tanto, Karla recoge sus muestras, su caja obscura, sus computadores visualizadores y cada uno de los dispositivos que hicieron parte de la creación de su sistema perfecto. Afuera de la sala la esperaban amigos para celebrar. Algo complicada, Karla pide ayuda y sus amigos le ayudan a cargar todo.

- “¿Dónde dejarás todo esto?” – Preguntó Abel mientras le ayudaba a levantar el pedal antiestático. - “Vamos a dejarlo a mi casa para salir cómodos” propone Karla, pero todos saben dónde vive Karla así que a ninguno le pareció una buena idea.

- “Dejémoslo aquí en la universidad, en el salón de profesores y prometemos ayudarte a llevarlo a tu casa la próxima semana” le dijo María sonriente como siempre, a lo que Karla, bajo los efectos de la emoción de su logro, acepta. Todos llevan el sistema perfecto a la sala de profesores y corren emocionados al parqueadero para salir a su destino.

- “¿A dónde iremos?” – pregunta Tatiana, a lo que Abel responde diciendo que le han hablado de un sitio insuperable en el centro con mucha música electrónica como a ellos les gusta. A todos les sonó bien, así que inician su camino al lugar recomendado.

Al llegar al sitio, atraviesan una puerta pequeña y bajan unas escaleras para encontrarse con una sala llena de baile, música muy fuerte y luces azules y blancas recorriendo el lugar. Karla y sus amigos, felices por el descubrimiento del sitio se adentran hacia la barra para pedir algo de beber mientras se acomodan en un sofá a la esquina derecha del sitio.

Debajo de ellos se encontraba Iván, con la furia en su mente y cuerpo, con muchas ganas de ser el siguiente peleador en el ring improvisado. Se acercó a “Trenzas” para decirle que quería participar.

- “Uuuuuuyyyy, ¡un peso pesado vuelve al ring!” - le dijo el “Trenzas” mientras lo abrazaba – “Las apuestas se van a re-vo-lu-cio-nar” – puntualizó. Iván, sin una pizca de alegría simplemente miraba a lo lejos mientras lo anotaban en la lista. “¡Hey! ¡Borra a ese man de ahí! Colócalo en la siguiente pelea porque este man es la leyyyy” – gritó “Trenzas” al chico que se encontraba anotando – “No te preocupes viejo, como siempre darás un buen show” – finalizó mientras le tocaba el hombro a Iván y se retiraba del cubículo siempre con sus dreads bien formados y largos. Iván se retiró también y se mezcló entre el público que gritaba a los luchadores. Llegó a un borde del ring y pudo observar el final de la pelea que estaba donde simplemente uno de los luchadores encajó una silla metálica en la cara del otro, desencajando todos sus dientes y dejándolo inconsciente. El presentador anuncia el ganador y le dice que descanse por quince minutos porque ya le tenían un nuevo contrincante: “El Águila Negra”. Iván, al escuchar su sobrenombre, se retira del ring, y pregunta dónde puede conseguir cigarrillos a lo que le indican que le toca subir a la sala de baile. Sube las escaleras, atraviesa la puerta de los dos guardias y se dirige a la barra donde se encuentra de frente con Karla.

- “Felicitaciones…” atinó a decir Iván, a lo que Karla le agradece. Ella sabía que Iván estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural para decir esas palabras, así que decidió no tomarlo mal y aceptar su felicitación.

- “En cierta forma, muchos de mis logros son gracias a ti. Tu competencia me ha hecho exigir en un extremo que jamás imaginé que podría llegar. Así que gracias por las felicitaciones, y gracias por ser mi más duro colega competidor” – fue lo que le salió del alma a Karla en esos momentos. Iván sólo la mira mientras le entregan sus cigarrillos, saca uno y le ofrece uno a Karla a lo que ella le recibe sin problema. Encienden los cigarrillos y ella le pregunta dónde está ubicado él. Iván le dice que no está en este piso, pero que abajo no había cigarrillos. – “¿Hay otro piso?” pregunta Karla a lo que Iván sólo asiente y mirando fijamente hacia la puerta le dice – “¿quieres ir?”. Karla le dice que lo acompañará porque tiene curiosidad del sitio que acaba de conocer.

Atraviesan la puerta de los guardias, bajan las escaleras y en los altavoces se escucha – “¡Y bajando las escalas llega eeeeeeel Águilaaaaaaaaaa Negraaaaaaaa!, a lo que Iván voltea y le dice a Karla: - “Quédate acá un momento y ya vengo por ti…” – no pudo terminar la frase cuando la misma gente comenzó a jalarlo, llevándolo cargado hasta el ring. Lo siguiente para Karla fue una explosión de sangre, sudor, golpes por un lado y por el otro, la emoción desmedida del público… mucha información por asimilar, pero no podía negar que le emocionaba ver a Iván en acción. Comienza a enviarle voces de aliento y pareciera que sí funcionan, porque cuando Iván estaba en el piso casi sin poder moverse, se levanta y retoma el momento atrapando a su contrincante contra una esquina dándole cabezazos hasta que logra hacerlo rendir. La gente emocionada ovaciona mucho más que lo que ella vivió en su entrega de tesis, y ella lo ve acercarse a ella de nuevo. – “¡Esto es lo mejor que he visto en mucho tiempo!” – fue lo único que pudo decir Karla en ese momento. Iván por primera vez en todo el tiempo sonrió un poco y agachó la cabeza – “Voy a bañarme y cambiarme, espérame y te devuelvo con tus amigos antes de que se preocupen por ti” – dijo. Ella asintió y lo esperó.

Cuando Iván salió, se dirigió al cubículo, recibió un dinero por su victoria y “Trenzas” le ofreció un doble o nada a lo que él se negó. Algo había cambiado, así que prefirió dejar así. Se retira y se dirige a las escaleras donde se encuentra con Karla. Suben el resto y salen a la sala de baile y techno. Karla lo lleva a la mesa donde están con sus amigos. Tatiana, muy preocupada le pregunta a Karla que dónde estaba mientras no deja de mirar a Iván. Karla la tranquiliza, y en ese momento Iván se le acerca al oído para decirle en voz baja que por favor no diga nada de lo que vio abajo. Ella lo entiende y les dice que se encontraron con Iván y que se fumaron casi un paquete de cigarrillos completo sin darse cuenta. Abel se levanta de su silla y se despide de María, de Tatiana y de Karla, y sin mirar a Iván se retira para irse. – “¿Qué le pasó a Abel?” preguntó Karla, a lo que responde María – “déjalo así amiga. Nosotras también nos vamos, ya se hizo tarde. Espero que termines de celebrar y muchas felicitaciones por tu logro. ¡Ah! Nos vemos el martes para ayudarte a mover tu sistema perfecto. Nos vemos en la sala de profesores a las seis”. Karla queda asombrada con la actitud de sus amigos, y sólo los ve alejarse y perderse entre un mundo de gente moviendo su cuerpo al ritmo de la música.

- “Lo siento mucho, creo que se incomodaron con mi presencia, ¿no es así?” – dijo Iván mientras sacaba un cigarrillo de su cajetilla. Karla voltea y se queda viéndolo sin decir ni una sola palabra mientras él enciende su cigarrillo y le extiende la mano para que reciba otro. Antes de recibirlo, ella se acerca, le quita el que ya tiene en su boca, y le da un beso como hace mucho no se lo daba a nadie. Iván sorprendido le responde con otro beso y la abraza fuertemente mientras con una mano le acaricia la espalda y con la otra le agarra firmemente la nalga derecha. Todo avanzó muy rápido y pronto estaban entrando a uno de los baños del lugar, ella cargada sin dejar de besarlo y él empujando las puertas a su paso hasta llegar a uno de los sanitarios. Deciden entregarse a un juego carnal esa noche sin limitaciones, pues una vez salieron de allí terminaron en un motel hasta el amanecer.

Ya de mañana, estando en otra faena, Karla ve entrar por las cortinas un poco de luz día, lo que la hace reaccionar acerca de dónde estaba, con quién estaba y en qué estaba. Fue tanta la incomodidad que no pudo terminar, así que dejó que el terminara y rápidamente se levantó al baño cerrando la puerta. Iván, un poco extrañado, da media vuelta sobre la cama, acerca su pantalón, saca la cajetilla, de paso un cigarrillo, lo enciende y se recuesta en la cama de nuevo. Karla sale del baño, y sin decir ni una sola palabra recoge su ropa, se viste, se acomoda un poco el cabello y mirando fijamente a Iván le dice – “No puedo negar que fue una noche muy buena, como hace mucho no pasaba, pero entenderás que esto no trasciende, ¿verdad?”. Iván, suspirando suelta una sonrisa y asiente con la cabeza, luego se lleva el cigarrillo de nuevo a la boca y se queda mirando el techo como gesto de aceptación para que Karla salga del motel.

Karla debía dormir, así que se dirige a su apartamento. Al abrir la puerta, encuentra a un Abel fumando y cogiéndose la cabeza. – “Abi, ¿estás bien?” - le dice Karla, a lo que él responde que sólo quería saber que ella llegaba bien a su apartamento. Que lo disculpara por tomar la llave de repuesto, pero que ya podría dormir tranquilo. Así, se levanta y toma su chaqueta para irse, pero Karla lo detiene y le dice – “Abi, por favor, disculpa que los haya dejado solos anoche. Pasaron muchas cosas y pues…” – “¿Es buen sexo?” – interrumpe Abel. Karla queda impresionada con la pregunta, pero se limita a responder asintiendo con la cabeza. Abel, suelta el brazo de Karla y sale del apartamento cerrando la puerta casi con la misma fuerza que Iván cerró la puerta del salón donde presentó su tesis el día de ayer. Karla decide tomar un baño y recostarse, tratar de enfocarse en su futuro, sus opciones de trabajo, maestrías, posgrados, todo lo que viene a futuro. Y así fue todo el resto de domingo.

Iván en su momento se bañó, se vistió y salió del motel, sin embargo, él tenía muy claro a dónde se dirigiría. Tomó un taxi hacia el centro para recoger su carro, pagó el parqueadero y arrancó para su laboratorio. En él estaba Sonia y Raúl, trabajando en un agente que lograra propiedades autónomas.

- “¡Chicos!, les traigo la solución a todos sus problemas.” – dijo Iván descargando su maleta en el mostrador. “El líquido perineal formado que alimenta nuestro cerebro, ese que carga toda nuestra información y que facilita nuestra toma de decisiones, podemos extraerlo de un cuerpo y aplicarlo a la solución salina que soporta las células madre de la masa biomolecular…” – explicó Iván ante los asombrados científicos de su laboratorio. Inmediatamente se miraron y comenzaron a realizar anotaciones, cuando Sonia levanta la mirada hacia Iván y le pregunta de qué cuerpo podrán sacar el líquido perineal. Iván dice que es muy largo el trámite para voluntarios, más siendo un proceso nunca experimentado, pero que él mismo se ofrecería. Tanto Sonia como Raúl abrieron los ojos y no dudaron en aceptarle el ofrecimiento. Iván les propone que alisten todo para la extracción, mientras él sale y come algo, ya que se empezaba a sentir débil.

Al volver, ya estaba lista una sala de cirugía improvisada, a lo que Iván sin una pizca de duda se acomoda como el paciente. Dicen que cuando se actúa en caliente no se piensa mucho en las consecuencias, así que Sonia y Raúl se pusieron manos a la obra sin muchas preguntas, sólo con un objetivo claro.

Cuando Iván abrió los ojos, cayó en cuenta en el riesgo que acabó de atravesar, pero su satisfacción fue plena al ver que tenía todos sus movimientos y su vitalidad intacta. – “Por fin despertaste jefe” – le dijo Sonia mientras ajustaba algunas muestras.

- “¿Dónde está Raúl? – preguntó Iván sentándose en la mesa.

- “¡Aquí estoy jefe!” – gritó Raúl desde la sala de al lado – “Estoy registrando las variables del experimento en el computador” aclaró.

Iván se coloca su camisa y se dirige a la habitación de al lado que es la que tiene todos los computadores. Mientras se coloca su bata, le dice a Raúl que necesita un favor con ese registro de variables. Necesita que convierta las lecturas de su líquido perineal en un algoritmo, que le permita traducirlo a un lenguaje de programación. Raúl mira extrañamente a Iván, pero piensa que jefe es jefe y de inmediato se pone a hacer lo solicitado. Iván le aclara que necesita eso para hoy mismo, así que pasará en la noche y lo recogerá. La mejor opción para Iván es sentarse en la costa, viendo por encima del acantilado las olas del mar que llegan desde el infinito.

Ya es martes, y tanto Karla como Iván se levantan para un día decisivo. Karla recogerá en la noche su sistema perfecto y lo trasladará a su propio laboratorio para aplicarle algunas ideas que tiene en su cabeza, así que primero pasa por ahí para alistar algunos insumos y elementos de trabajo. Iván tiene un plan, así que se dirige a la universidad, sube dos pisos hasta la sala de profesores y nota que sólo está su exprofesor de máquinas finitas. - “¡Profesor!, a usted lo estaba buscando” dijo Iván adentrándose a la sala. El profesor lo recibe y le brinda un asiento. Iván le realiza ciertas preguntas no planeadas mientras revisa toda la sala con su mirada hasta que ve el sistema perfecto de Karla. Así que encamina su conversación a un tema que sabe que sólo se responderá con un libro específico de la biblioteca. Él sabe que ese libro no se lo prestan a estudiantes así que el mismo profesor deberá ir a buscarlo. En cierta forma estuvo de buenas, porque con otro profesor no hubiera sido tan fácil que lo dejara solo en la sala. Una vez sale el profesor, Iván saca su computador de la maleta y lo conecta al sistema perfecto, instalándole el programa que trabajó toda la noche con la información que le entregó Raúl. Desconecta y guarda su computador, justo antes de que su profesor regresara. Iván se quedó discutiendo algunos temas con el profesor para no generar sospechas, y una hora después se despide y sale de la sala.

A las seis, como fue acordado, se encontraron Tatiana, María y Karla en el pasillo frente a la sala de profesores. Abel nunca llegó, pero Karla entendía la situación así que no lo llamó ni le insistió. Todo el tiempo, durante la recogida del sistema perfecto, las chicas le hablaron de Iván a Karla, y de lo extrañadas que estaban con ella. Karla admitió que en parte fue el licor que la llevó a ver en Iván un tipo agradable en ese momento, pero que estaba segura que las cosas quedarían así. Ella les dijo que ya todo estaba controlado. Las amigas llevaron el sistema perfecto al laboratorio y de inmediato se pusieron la bata para trabajarle algunas ideas que se le ocurrieron a Karla el fin de semana. Sin embargo, al explorar el sistema perfecto se dieron cuenta que se empezaron a notar desbalances en las variables. El caos interno se empezaba a notar, y la preocupación se apoderó del laboratorio.

Una semana entera demoraron las chicas en realizar análisis y pruebas para detectar la falla del sistema perfecto, pero no hallaron nada. Sólo veían que existía un nuevo componente, que contaba con cierta capacidad de razonamiento y que entraba en conflicto consigo mismo destruyendo todo a su alrededor. No veían forma de detener este nuevo componente, y no tenían ni idea de dónde había salido. Lastimosamente Karla tuvo que cancelar entrevistas por su sistema perfecto, y el estrés se apoderó de todas. Abel, que había logrado concretar con dificultad una de las entrevistas se enteró de la cancelación por parte de Karla, así que de inmediato se dirigió a su laboratorio. Karla, Tatiana y María seguían haciendo pruebas y llevaban días incluso sin asearse bien. Abel les preguntó y ellas le explicaron lo que sucedía. Él se sienta a revisar los análisis y llega a la misma conclusión, existe un agente que razona por sí mismo y por ende trata de sobresalir entre todo el sistema, destruyendo todos los demás componentes del sistema para su supervivencia, pero al mismo tiempo destruyéndose a sí mismo. Aunque su destrucción es rápida, según los cálculos primero se dará la destrucción del sistema entero, lo que tenía a todos de punta con el tema.

Abel siempre ha sido un poco más práctico, y decide proponer un antisistema. Le encontraron las propiedades al componente nuevo, así que pueden agregar un componente más que destruya exclusivamente el problema. Algo así como un antivirus para las computadoras. Todas estuvieron de acuerdo, y lograron crear un componente que ataca ciertas propiedades del componente maligno que está destruyendo el sistema como tal.

Aun así, el sistema perfecto no pudo seguir siendo perfecto, el componente maligno acabó con todo lo vital del sistema y el antivirus destruyó la base del componente maligno, pero no lo hizo a tiempo. La simulación, en su quinta versión, perfeccionada y perfecta, perdió su perfección, lo que generó en Karla una depresión absoluta. Se alejó de sus amigos, y no le contestaba ni siquiera a Abel las llamadas.

Iván, con un poco de cargo de consciencia, buscó a Karla en todas partes, pero no la encontró. Cuando le preguntó a Abel sólo recibió un puñetazo de respuesta, y sabiendo que se lo merecía no le respondió y se fue del laboratorio. Su mente se nubló, y su desespero ya no se curaba ni siquiera con las peleas ilegales en su sitio favorito. No aguanta más, así que decide tomar su carro e irse de nuevo a la costa, subir al acantilado y sin pensar en nada más quitarse la vida contra las rocas del mar… pero la sorpresa estaba al encontrar a Karla en el mismo sitio escogido para su muerte, y lo peor, con las mismas intenciones. Iván le explicó todo lo sucedido a Karla antes de que ella se botara, pero ella sólo dijo: - “Tu mente se enfrentó contra la mía en un sistema perfecto. Y no somos los únicos que pasamos por esto, así que sin planearlo siempre destruiremos lo que tenemos alrededor. Somos seres envidiosos, egoístas, ambiciosos y destructores, así que nuestro destino debería ser desaparecer antes de dañar otro sistema perfecto llamado vida. Ven conmigo y pongamos nuestro grano de arena para el fin”. Dichas estas últimas palabras se deja caer al abismo, y sin dudarlo, Iván salta tras de ella.

Años después, Tatiana, María y Abel logran construir de nuevo otro sistema perfecto, pero entraron en disputas legales por los créditos, tanto así que hubo muertos y encarcelados. Es así que el sistema quedó abandonado, funcionando por sí mismo en la sexta versión, sin agentes que lo afecten y sin un final a la vista.

Datos técnicos:

- Sistema perfecto 5.0: ‘Planeta Tierra.exe’

- Virus extraído del líquido perineal: ‘Humanos.ini’

- Antivirus ideado por Abel: ‘COVID-19.bat’