VEO PASAR LA VIDA...

Laika Nunca Supo Nada

"En 1957, la URSS tomó un perro callejero para estudiar cuánto tiempo podría sobrevivir en órbita espacial. Laika, como le pusieron los soviéticos, fue lanzada desde el cohete Sputnik 2, pero desafortunadamente la misión no incluía traerá de vuelta. Pocas horas después de salir de la atmósfera, la nave empezó a sobrecalentarse, lo que le causó la muerte a la perrita. Su cuerpo nunca fue recuperado. (...)"

Ilustración y palabras del artista Felipe Mora en honor al recuerdo de Laika.

Es triste pensar en los momentos en que Laika, dentro de su obvia ignorancia frente a lo que estaba sucediendo, encontró el final de su existencia. Recuerdo que en el colegio la mencionamos como un gran logro, como un paso del "ser humano" en la exploración espacial, pero nunca nadie menciona las implicaciones de nuestras ambiciones de poder y conocimiento sobre otros seres vivos.

Nos jactamos de tener una capacidad de "razonamiento" pero eso sólo ha servido para encontrar formas de pasar por encima de otros. Soy creyente de que ninguna vida debería pasar por sufrimiento innecesario, pero el acondicionamiento mental que tenemos desde que nacemos me hace sentir satisfacción al matar al zancudo que lleva fastidiando un rato alrededor. Y este es un pequeño ejemplo de lo que nuestro "razonamiento" convenientemente ejecuta. Pero, ¿quiénes somos nosotros para creernos los jueces del mundo?, ¿por qué los insectos son odiados y los perritos y gaticos son grata compañía?, ¿por qué tenemos el derecho de destruir bosques para hacernos un techo?

A través de la historia hemos demostrado una "superioridad" sobre los demás seres vivos del planeta, al punto de creernos el centro del universo. Científicamente se ha intentado demostrar que no somos ese centro físico espacial, pero mentalmente seguimos convencidos de ello. Esto nos da un poder sobrenatural donde adiestramos otros seres vivos a nuestra conveniencia, destruimos el hogar de muchos otros según nuestra necesidad de vivienda, alimentación o sanidad, y aplastamos la vida de otros incluso por diversión. La razón principal para todos estos actos es la "supervivencia" de la especie humana, y esto mismo lo repetimos inconscientemente día tras día, justo después de comernos un delicioso filete de cadera de res o una rica ensalada.

No soy quién para decir si tenemos o no razón en esta necesidad de "supervivencia", pues, aunque las religiones y la moral nos intentan dar un "objetivo de vida", en la realidad no tenemos ni la más vaga idea de cuál es nuestra verdadera función en este mundo que vivimos. Sin embargo, resaltando un poco la capacidad de "razonamiento" que nos fue otorgada como especie, pienso que podríamos ser más respetuosos con nuestro entorno. No se trata de ser invasores, sino de convivir con el resto de seres vivos, que, aunque creemos que no razonan (o por lo menos no a nuestra forma), se nota que sienten física y mentalmente. Estos seres vivos que nos acompañan en esta travesía nos han demostrado que sienten miedos, asombro, placer y hasta gustos por nosotros y por otras especies. Esto debería suficiente razón para respetarlos y valorarlos.

Aun así, la mayoría de problemas en nuestro diario vivir, nacen de nuestras mismas acciones. Por ejemplo, las ratas y las palomas no serían transportadores de enfermedades y suciedad si no fuera por nuestro deficiente manejo de nuestros propios desechos. La acumulación de insectos voladores en zonas urbanas es, en gran medida, por el uso de luz artificial que los desubica temporal y espacialmente, creando un falso sol. Así, muchas de las acciones que realizamos afectan el entorno incluso sin darnos cuenta, y esto es por no dar el valor a los demás. Pasa con los demás seres vivos y también entre nosotros mismos, los seres humanos.

No, no voy a decir que dejemos de comer carne, pues el león no dejará de comerse una deliciosa cebra por respeto entre especies. Tampoco diré que dejemos de expandir nuestros territorios, pues nuestra especie sigue en crecimiento y el hecho de adecuarnos en espacios mínimos no nos funciona. Ya se ven casos "inhumanos" de vivienda y tampoco deberíamos llegar a ese extremo. Mucho menos diré que apaguemos para siempre la luz artificial que nos sirve en las noches, o que no nos deshagamos de ese zancudo que nos está picando constantemente en las tierras más calientes. El respeto mencionado por otras especies se basa en dar la valoración a sus vidas de modo que tengamos muy en claro que eso que comemos y utilizamos para nuestro beneficio, un día tuvo vida y que hizo parte de este mundo como nosotros lo hacemos. Y más allá del valor que se les puede dar, podemos hacer uso de nuestro razonamiento aplicándolo a formas en las que evitemos el dolor y la incomodidad de los demás seres vivos. Es decir, crear procesos humanos para la muerte y el consumo de animales que hacen parte de nuestra dieta, donde se evite el dolor y el sufrimiento innecesario de los mismos; reubicar las especies que se encuentran en los territorios que usaremos para nuestra vivienda y nuestras actividades; convivir con aquellas plantas y animales que hacen parte de nuestros ecosistemas compartidos, sin eliminarlos innecesariamente. Tal vez un proceso de cohabitancia (seguramente no existe esta palabra, pero su intencionalidad es clara) pueda funcionar y lleguemos a una coexistencia respetuosa con los que no tienen esa capacidad de "razonamiento", pero que sí han demostrado muchas veces más "humanidad" que nosotros mismos.

Si hubiéramos valorado un poco más la vida de los demás seres vivos, en su momento y en su lugar, Laika y los demás animales que viajaron al espacio tal vez hubieran disfrutado una vida más agradable y larga, y no serían reconocidos hoy por hazañas que nunca se enteraron ni les importó. Tal vez, hubiéramos aprovechado el razonamiento y la creatividad que nos caracteriza para crear sensores que nos dieran información mucho más precisa que la que Laika nos pudo dar.

En homenaje a un ser vivo que nunca supo el porqué de sus cosas, pero que nos deja un mensaje amplio acerca de los errores que tal vez estamos cometiendo. Gracias Laika.

Imagen tomada de la nota: "El viaje de Laika, un vuelo sin retorno" de El Heraldo.co

Imagen tomada del artículo: "Laika, la perra astronauta que salió al espacio exterior" de National Geographic.com

Imagen tomada de la nota: "El monumento a Laika en Moscú" de Guiarus.com